Este
fin de año, nos pinta “desolador”, ya que en el mismo momento que deseamos al
mundo entero “Feliz Año Nuevo”, se pondrá en marcha el ajuste de los precios de
las gasolinas que habrán de afectar de manera directa los bolsillos de millones
de usuarios de este producto en toda la República Mexicana.
Asimismo,
quienes están en los sectores de servicios y el comercio, ya están avisando que
habrá incremento de los precios derivado de los efectos del alza de las
gasolinas. En consecuencia, se avecina una cascada de aumentos que hará de la
cuesta de Enero y Febrero, un verdadero viacrucis, no solo para las clases más
desprotegidas del país, además, para la clase media que verán afectados su
nivel de vida en cuanto a que habrán de absorber en mayor medida los
incrementos que se avecinan.
Pero
esta cascada de aumentos que traerá consigo, además, de la pérdida del poder
adquisitivo de amplios sectores sociales. Pues bien, como el 2017 es el año
electoral en donde se pondrá en juego la Gubernatura del Estado de México, la
clase gobernante, tratará a toda costa de que los programas sociales que
dispone por ser gobierno se utilicen para contener el “mal humor” de la entidad
más poblada de México, procurando comprar consciencias y voluntades, con el fin
de seguir manteniendo su política de destrucción de una nación.
La
corrupción, seguirá siendo el pan nuestro de cada día y podría incrementarse,
ya que será el año de “Hidalgo” para los funcionarios y gobernantes de la
entidad mexiquense.
No
podemos olvida que la corrupción desbordada ha colapsado las instituciones
públicas. Los casos de los gobernadores salientes Javier Duarte, Roberto Borge
y Guillermo Padrés son muestras de la descomposición que existe en los más altos
niveles de gobierno, pero apenas constituyen la punta del iceberg. Conocemos solo
detalles pero existe un verdadero desastre en cuanto al saqueo de las arcas
públicas.
En
cuanto a la violencia e inseguridad, no existen las condiciones propicias para
que se detenga, al contrario, podría generarse con mayor fuerza ante la
desbandada de los precios y tarifas de los servicios y el comercio.
La
guerra desatada por Felipe Calderón y proseguida por EPN, sigue sin control. Los
medios de comunicación continúan escondiendo la verdad, la realidad es que la
tasa de homicidios se mantiene en el mismo nivel en que la dejó Felipe Calderón
en 2012. De acuerdo con las cifras oficiales del INEGI, terminaremos 2016 con
aproximadamente 20 mil homicidios en el año. En tan solo cuatro años del
gobierno de Enrique Peña Nieto, ya se alcanzo la misma cantidad de homicidios
dolosos que en los seis años del gobierno de Calderón.
En
materia de empleo se espera disminuya el nivel de ocupación y que las
condiciones de seguridad social de los trabajadores siga deteriorándose, sin
olvidar que las pequeñas y medianas empresas deberán de redoblar sus esfuerzo
ante la disminución de la demanda que se prevé por el incremento de los
servicios y comercio, así como el alza de las gasolinas. En pocas palabras, el
consumidor habrá de racionalizar sus compras, impactando en las pequeñas y
medianas empresas.
En
cuanto a la industria automotriz, la venta de sus vehículos vendrá a la baja
ante el incremento de las gasolinas y el endurecimiento de las medidas
anticontaminantes, provocando que exista una mayor demanda del Transporte
público que se encuentra inoperante, lo anterior dará lugar a un verdadero caos
social en la movilidad de las personas y su seguridad.
En
2016 hubo una explosión de violaciones a los derechos humanos de parte de las
fuerzas del Estado y se cometió una de las masacres más reprobables en la
historia reciente del país. El pasado 19 de junio, Miguel Ángel Osorio Chong y
Gabino Cué enviaron cientos de policías fuertemente armados para llevar a cabo
un escarmiento en contra del pueblo mixteco de Nochixtlán, Oaxaca. Hasta la
fecha no ha habido un solo detenido en relación con el caso, lo que deja una
lección de impunidad que garantiza la comisión de más masacres en el futuro. La
impunidad y el abuso de las fuerzas del Estado, es el pan nuestro de cada día,
ni las recomendaciones de organismos internacionales son tomadas en cuenta,
como la vertida por la ONU. Y que decir de los femicidios que siguen incrementándose,
principalmente en el Estado de México
La
economía mexicana está colapsada. Si bien nos va, 2016 terminará con una tasa
de “crecimiento” de apenas 1.5%. El peso se ha devaluado más de 50% en los
últimos dos años, lo cual ya está generando fuertes presiones inflacionarias y
ha disparado el costo del servicio de la enorme deuda generada por las
políticas de gasto irresponsables y corruptas del gobierno de Peña Nieto.
El
Producto Interno Bruto del país ha experimentado una franca contracción en los años
recientes. En 2014, la economía nacional se valoraba en mil 297 millones de
dólares. En 2015, únicamente llegó a mil 144 millones. En 2016, probablemente
terminaremos debajo de la línea de mil millones y caeremos varios lugares en el
tablero internacional con respecto al tamaño de nuestra economía. Como
consecuencia de las “reformas estructurales” del Pacto por México, cada día los
mexicanos somos más pobres y los incrementos de los precios de las gasolinas,
denominadas “liberación de precios”, es un saqueo a lo descarado hacia la
población y en consecuencia habrá incrementos en sectores de comercio y
servicios derivado al encarecimiento de las gasolinas..
Se
espera que el 2017, se continúen las múltiples crisis de violencia y
corrupción, mientras que los derechos humanos, la economía y la soberanía se
seguirán agravando.
La
única forma de dar un mensaje claro a EPN y su administración de que ya basta,
es través de la forma democrática a
través de la urna electoral, perder el Estado de México, sería tanto como expresar
con plenitud nuestra inconformidad, malestar y hartazgo. Veremos si la
población de la entidad mexiquense entiende que es hora de asumir una
responsabilidad y cambiar con cambio verdadero.