sábado, 21 de julio de 2018

Sin apasionamientos y sin fanatismo, la Austeridad, los recortes, la mudanza y algo más… va!!!.


Interior de la SHCP Constituyentes 1001 
Un espacio de gratos recuerdos y de servidores públicos de gran valor institucional 
Primera parte
El vendaval que trajo el Tsunami en las urnas electorales del 1 de Julio, ha puesto a muchos al borde de la locura y la desesperación. No solo el hecho de que la Austeridad República, que fue anunciado en los 50 lineamientos dado a conocer por López Obrador en la primera semana ya como Presidente Electo, ha causado en propios y extraños una sensación de que a partir del 1 de Diciembre se presentarán cambios y transformación con un sello diferente y distinto a lo que a acontecido en las recientes décadas.
La perdida de privilegios, recortes, la propuesta de trabajar los sábados y mudarse a otro estado de la República y salir de la capital del país, genera una preocupación, no solo de aquellos que son la alta burocracia que vive en una burbuja de esplendor, sino hasta de aquellos líderes sindicales que ahora pretenden salir a escena para defender los derechos laborales de sus agremiados, esos lideres de los trabajadores al servicio del Estado, que han sido ignorados y utilizados para las campañas políticas. Sin lugar a dudas, Andrés Manuel, fija la agenda y genera preocupación a propios y extraños.
Las medidas de austeridad anunciadas por López Obrador aplicarán a partir del 1 de diciembre se pretende generar ahorros presupuestales en la administración pública federal, con el fin de que estos ahorros se destinen  en su mayoría a los programas sociales.

Los ajustes de sueldos de los altos funcionarios públicos, partiendo del principio de que ningún funcionario público puede ganar más que el propio Presidente de la República, golpea a un gran número de la burocracia dorada, sobre todo de aquellos que perciben ingresos de más de un millón de pesos al año. Mientras que los que ganan menos quedarán con su mismo salario y se aumentará a los que ganan menos, una medida mal vista por los privilegiados y que beneficiará a los menos favorecidos.
López Obrador ha informado que el salario que recibirá como Presidente será de 108 mil pesos mensuales, el 40 por ciento de lo que recibe actualmente Enrique Peña Nieto, que es de 270 mil pesos. Dijo que quería bajar más su sueldo pero, como será el techo, necesita margen para dar un buen salario a los secretarios de Estado.
En cuanto a la figura de la Primera Dama, se confirmó que desaparecerá.
Pero la discusión sobre la austeridad, la pérdida de los privilegios y la baja de los salarios a la alta burocracia deben ser tomado como una medida que no debe espantar a nadie. De acuerdo a información de la OCDE, México en términos de múltiplos del ingreso per cápita del país es uno de los países que mejor paga a sus altos funcionarios, representa más de cuatro veces lo que se paga en Estados Unidos o más de dos veces lo que se paga en Alemania, que claro esta esos datos la alta burocracia ni los ve y los ignora. 
Por ello la indignación de la población que observa como en un país que se encuentra entre los primeros lugares de desigualdad, con más de 50 millones de personas en pobreza y con tan pobres resultados de su administración pública, los salarios que obtienen la burocracia dorada son injustificables.
Indudablemente, que debe tenerse en cuenta que la función pública debe garantizar a los que en ella se desempeñen, la posibilidad de una vida digna. Hoy salarios que se ubican arriba de los 100 mil pesos mensuales colocan a estos altos funcionarios dentro del 4 o 3 por ciento más alto de la distribución del ingreso y hace que en el periodo de uno o dos sexenios se amasen pequeñas fortunas. El compactar los salarios entre la burocracia es una medida correcta y sana, que nadie se equivoque, los verdaderos especialistas y funcionarios públicos de confianza que realizan una labor incansable y de gran reconocimiento se encuentran en aquellos espacios desde enlaces, jefes de departamento, subdirectores y Directores, ese personal de confianza, son los verdaderos héroes de la burocracia día a día y quienes han estado en esos espacios de participación y compromiso institucional, sabemos a ciencia cierta de la labor incansable y comprometida que se realiza en las dependencias y entidades del sector público.
No podemos olvidar la labor de Directores Generales Adjuntos y Jefes de Unidad, que en muchas áreas son parte fundamental y esencial de la buena marcha de la administración pública federal, pero en otras, la realidad dista de ser eficientes.
Para algunos analistas, la medida que podrá en marcha Andrés Manuel López Obrador, es poco deseable, pero quienes conocemos la administración pública federal, sabemos a ciencia cierta que un gran número de funcionarios y servidores públicos, disponen de una vida digna con un salario digno y su respuesta en el ámbito laboral tanto de identidad como de pertenecía ha sido notable y de gran valor.
Quienes hemos estado en la Administración Pública Federal, en la gran mayoría de los casos, realizan su función con vocación de servicio, tienen aspiraciones de seguir creciendo y escalando puestos en el ámbito de la administración pública, pero en muchos de los casos sus aspiraciones se frustran ante la oleada de recomendados y designaciones políticas, que atentan contra quienes se forman y capacitan dentro del marco del servicios profesional de carrera, esto debe terminar y esto debe cambiar, debe transformarse y debe tener en cuenta Andrés Manuel, es valido que pretenda tener muy cerca a gente de confianza que sea sus ojos y lo respalde en las dependencias y entidades del sector público, pero también debe ser válido que esos servidores o funcionarios públicos deben estar dentro del sistema profesional de carrera, que dispongan de la experiencia y que cumplan con cabalidad una responsabilidad de primer nivel en el ámbito federal, logrando esta premisa, habrá dado un paso fundamental en la transformación de la administración pública federal.

Pero bueno, hasta este punto dejamos esta entrega, ya que en la segunda parte, seguiremos abordando los temas que causa temor, interes, enojo, esperanza, alegría, empatía, en fin diversos comportamientos de quienes están en el sector público federal.

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