viernes, 23 de junio de 2017

Los políticos de Café y los políticos de las ocurrencias y la corrupción, ponen en jaque al Revolucionario Institucional.

La batalla campal al interior de las filas del Revolucionario Institucional esta generando un ambiente de condenas y debates que están llevando al despeñadero al dinosaurio.
La elección del 2018 será, sin lugar a dudas, la más complicada para el país, existiendo en los partidos un fuerte divisionismo interno, una ciudadanía que no cree en los políticos y las políticas públicas y el debilitamiento de las instituciones que provocan en la población grandes dudas de honorabilidad y credibilidad.
México se encuentra en el umbral de generar su propio futuro con bases firmes para reverdecer laureles o seguirá en caída libre dentro del concierto mundial de las naciones.
El próximo año se elegirá al presidente de la República, 128 senadores, 500 diputados federales, nueve gobernadores, 822 diputados locales y mil 548 presidentes municipales. Donde el arbitro electoral se encuentra sumergido en el desprestigio, derivado de lo errores y horrores que la ciudadanía detecto de manera inmediata en su proceso de registro y cuantificación de los votos electorales, principalmente, del Estado de México, el fantasma del Fraude y de una Institución Nacional Electoral deficiente se encuentra en la mente de los electores.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto, el Partido Revolucionario Institucional, ha perdido no solo la preferencia electoral, además, ha provocado la disminución acelerada de su militancia, ha provocado la perdida de identidad, pertenencia y autoridad moral.
El PRI sigue diluyéndose en un mar de confusiones y de intereses personales de grupos que buscan a toda costa mantener sus privilegios por encima de un Proyecto Real de Nación. Hoy más que nunca la pérdida de identidad y pertenencia ha provocado la perdida de posiciones políticas colocando a dicha institución al borde del despeñadero.
El PRI se ha desdibujado siguiendo una agenda progresista y socialdemocrática, que en realidad no existe, se ha apartado de las necesidades y requerimientos de la población y solamente cumple modas y programas que están muy distantes de generar condiciones de vida adecuadas para la población.
Para quienes en décadas o recientemente abanderan la causa priista, saben a ciencia cierta que el PRI de hoy, ese nuevo PRI que con bombos y platillos se dijo emerger en el 2012, ha dejado un panorama desolador, donde la corrupción y la falta de oficio político ha derivado en una perdida de posiciones políticas a nivel nacional que puede impactar de manera total en las próximas elecciones del 2018.
No podemos olvidar, que en este sexenio, el PRI ha mostrado una caída constante en los procesos electorales que se han llevado a cabo, principalmente en el 2016 y 2017, donde se habla con justa razón de la perdida de un capital político que esta generando al interior de la institución política una verdadera guerra campal.
El fantasma de la división en las filas priista se ve más que evidente, derivado de una política económica, económica y social contraria a lo que significaba el Revolucionario Institucional.
El PRI, ya no es ni Revolucionario, ya que no logra generar las condiciones de progreso y desarrollo que demanda la ciudadanía como logro alcanzar en la década de los 60´s y principios de los 70’s.
Y tampoco ha logrado mantener su carácter de Institucional, ese partido que logro generar instituciones al servicio de la población para atender las demandas más sentidas de la gente en materia de educación, salud, energía y desarrollo económico y social, en este sexenio han sido los principales responsables de que las propias instituciones que formaron y forjaron estén debilitadas y colocadas en su eminente desaparición.
Los despidos masivos de trabajadores de las empresas públicas, así como de funcionarios y servidores públicos en harás de recortar el presupuesto y de llevar una política de austeridad, genera descontento entre los trabajadores al servicio del Estado. Las organizaciones sindicales y confederaciones de trabajadores siguen debilitándose ante un panorama desolador que se tiene en torno al empleo y generación de oportunidades.
En estos momentos, la confianza se ha perdido ya que muchos saben que este año quizá puedan mantenerse en sus puestos, pero el próximo pueden ser despidos derivado de una política económica y social que sigue empobreciendo y generando mayor marginación a la población.
En los años recientes, los trabajadores de diversas dependencias gubernamentales y de las empresas públicas, que aún prevalecen, han visto con tristeza como sus compañeros de años son despedidos o incluidos de manera inmediata en los programas de retiro voluntario dejándolos sin oportunidad de poder brindar un futuro a sus familias.
La experiencia adquirida y los conocimientos obtenidos a través de años de servicio, son ignorados; son trabajadores que viven una realidad lamentable donde su esfuerzo y dedicación institucional ha sido olvidado y desechado de manera simple y grotesca.
Quienes hoy siguen militando en el PRI, saben que el Revolucionario Institucional es una triste caricatura de lo que antes fue. No hay mística, no hay honor, no hay identidad y no hay pertenencia, quienes votan y participan en las estructuras electorales lo hacen no por convicción sino por los recursos que se les brinda para hacer esa labor que en muchos de los casos se ha convertido en un desastre. Hoy quienes votan por el PRI, son aquellos que esperan un beneficio ya sea económico o través de despensa, mientras quienes se encuentran como servidores públicos, tienen que acceder a votar por el PRI por las represarías que una decisión contraria puede generar en mantenerse en sus cargos; pero a pesar de esa acción de sumisión electoral saben que el día de mañana pueden ser los siguientes para abandonar el servicio público por los recortes presupuestales o por la decadencia que sufre las instituciones y empresa públicas, derivada de esa Reforma Estructural que no despega y deja su ineficiencia a miles de trabajadores generando desempleo y mayor pobreza.
Es por ello, que los Políticos de Café y los de las Ocurrencias del PRI saben que si no existe un cambio a favor de la gente, el Revolucionario Institucional esta caminando por el sendero de su propia desaparición.
Un dato que hace estremecer a cualquier resultado electoral es lo que aconteció en el Estado de México, el PRI levanta la mano como el partido que obtuvo la preferencia electoral en el Estado de México, venciendo a la Candidata Delfina Gómez Álvarez de morena; sin embargo, la ciudadanía mexiquense menciona con plenitud de que Delfina Gómez no solo derroto al PRI en el Estado de México, sino que hizo trizas esa dinastía de Atlacomulco, retumbando en la consciencia de los partidarios priistas que no pueden tapar el sol con un dedo.  
Otro aspecto fundamental es el de su estructura, en la que se tiene que incorporar de manera fundamental a los jóvenes, pero la juventud esta mirando en una opción diferente que ha logrado arraigarse rápidamente en la conciencia de quienes construirán el futuro de México, esa opción es morena que sigue avanzando de manera clara Rumbo al 2018, el dinamismo de los jóvenes puede ser el efecto multiplicador que requiere consolidar al movimiento regeneración nacional aunado a la experiencia de quienes encabezan la estructura partidista electoral que han logrado impulsar y promover de manera brillante a una institución de nueva creación que esta llamada a Transformar a México.
Los jóvenes, son hoy en día quienes integran la mayoría del padrón electoral, es decir los que tienen derecho a votar y en un momento dado definir los resultados en las urnas.
El PRI y sus principales organizaciones sociales y patronales, tienen la urgencia de regresar por las demandas sociales más sentidas de la población, que siguen acumulándose de manera dramática.
La XXII Asamblea Nacional Ordinaria que habrá de llevarse en el mes de agosto, por parte del PRI, tiene que brindar un espacio donde la militancia sea considerada en los próximos procesos electorales, pero existe la urgencia que se de paso a establecer una ruta para cambiar las políticas económicas, sociales y políticas que permita atender de manera inmediata a la población.
La XXII Asamblea Nacional Ordinaria del PRI se tiene contemplado establecer que deberá promoverse entre la militancia una participación plena, abierta y libre, así como una reflexión profunda sobre el proyecto de nación al que aspiran, un análisis donde se respeten todas y cada una de las opiniones vertidas para construir conceptos consensuados que definan los objetivos de un partido moderno y vanguardista, con la capacidad para transformar y transformarse y con la obligación y responsabilidad de corregir caminos y trazar nuevos senderos.
El PRI llega dividido, llega sin identidad, sin pertenencia, con grandes derrotas a pesar de las cuentas alegres y se establece la necesidad de un cambio total. La Corrupción, el cinismo y la falta de visión política y social colocan al Revolucionario Institucional al borde de su propia extinción.

Morena es hoy por hoy, la palabra clave de propios y extraños, estará presente en el imaginario de los presentes en la XXII Asamblea Nacional Ordinaria del PRI, ya que ha sido el partido que los ha colocado al borde de su desaparición y esta en la mira de miles y miles de priistas que saben que puede ser la opción para Transformar a México con Cambio Verdadero.   

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