Indudablemente,
que uno de los principales problemas de la dirigencia perredista es que tienen
un enemigo imaginario llamado Revolucionario Institucional, el cuál pretende
que sea el “chivo expiatorio” de todos
los males que padece la nación. Sin embargo, se les olvida, que en los años
recientes, han sido parte del desastre que vive el país. Se les olvida que a
través del Pacto Contra México, pensaron, creyeron, supusieron que el país
lograría resolver todos sus males. La dirigencia perredista, no solo lo
festejo, sino que saboreaba las mieles de la victoria y que los días y años de
abundancia llegarían gracias a su pacto y compromiso por México.
Pues, la
realidad ha sido otra, el PRD junto con el PAN y el propio PRI, son los
principales constructores de esta realidad que prevalece en el país, donde la
inseguridad sigue incrementándose, donde la pobreza y la marginación esta en aumento,
donde la falta de oportunidades de empleo y bien remunerados ha provocado
mayores problemas sociales, la falta de recursos esta generando mayores
distorsiones en las finanzas públicas y las familias mexicanas están padeciendo
los estragos de una política fiscal extrema.
Quienes
promueven un Frente Amplio Democrático, simplemente, no les interesa México,
sus intereses personales y de grupo están por encima de la propia nación.
Quiénes promueven el FAD, solo desean seguir siendo parte del escenario
político, económico y social, olvidándose de las necesidades y requerimientos
de la población.
Todos los
partidos, incluidos el PRI, PAN y PRD llaman a la unidad, pero jamás llaman a
reconstruir a su propio partido a generar cambios sustanciales en su vida
interna como instituciones políticas, no hablan de dejar el poder para que
nuevos rostros, nuevas ideas, nuevas propuestas permita mejorar las condiciones
partidistas que actualmente tienen.
Al contrario,
hablan de cerrar filas, de mantenerse como los principales actores políticos y
no ceder espacios ni a propios ni a extraños, ya que consideran que ese espacio
político les pertenece hasta el último momento de su existencia y mientras que
los militantes y simpatizantes paguen, se aguanten y padezcan las barbaridades
que realizan por solo el hecho de mantenerse en el poder.
El PRD, PRI y
PAN, mantienen una misma ruta de autodestrucción, están debilitados y por ello
saben que solo les resta generar alianzas para arribar a puestos de elección,
solos ni a la esquina llegan. Un fiel reflejo de esa realidad lo dio la
elección del 4 de Junio, donde el PRI, PAN y PRD y demás partidos políticos
sucumbieron ante el apoyo mayoritario de la población a favor de morena. Para
muestra un botón el Estado de México.
El PRI fue
vencido en su propio espacio territorial, como partido político desapareció de
manera grotesca, los datos reflejan que por más de 70 mil votos quedaron en
segundo lugar detrás de morena que logro alcanzar una cifra histórica de cerca
de 2 millones de sufragios.
La maquinaria
priista se derrumbo el 4 de junio, saben que la población desea la
Transformación con Cambio Verdadero, pero sus intereses personales y de grupo están
por encima de la propia población.
El sumar los
votos de aquellos partidos que se han mantenido en alianza con el
Revolucionario Institucional, no les ayuda en nada, aunque con ello traten de
ganar una elección, la realidad es que el PRI como institución política sigue
en decadencia, perdiendo terreno y estando a punto de claudicar en la arena
política de México.
Mientras que el
PRD tuvo que conformarse con un poco más de 1 millón de votos, para ellos
significa una cifra histórica, ya que a pesar de los pesares lograron mantener
el nivel de votación del 2011, pero en términos reales no avanzaron, no
lograron transcender a pesar de los recursos aplicados en la campaña.
Y que decir del
PAN, que sigue siendo un partido que pierde fuerza, en la elección a la
Gubernatura del Estado de México se quedo con poco más de 600 mil votos, una
cifra alarmante para los huestes del panismo que se desdibujan en la parte
centro del país.
El PRD y el PAN,
en los años recientes tratan de mantenerse en el escenario político uniendo
fuerzas, pero saben que sus días están contados, ya que a pesar de esos
esfuerzos saben que siguen perdiendo preferencia electoral.
El partido que
crece de manera natural, con sus escasos recursos y la labor incansable de
miles y miles de protagonistas del cambio verdadero es morena. Existe una ruta
clara a seguir y existe la plena confianza de crear las condiciones de
bienestar y desarrollo que tanto demanda y anhela la población, no solo es
Transformar al país, es también iniciar el Renacimiento de México.
Por ello, el
tratar de generar un Frente Amplio Democrático (FAD), no es otra cosa que
lanzar una balsa en un mar turbulento, tratando de mantenerse a salvo de una
debacle total que se vislumbra Rumbo al 2018.
El partido de la
Revolución Democrática junto con Acción Nacional, desean obtener de una alianza
de facto seguir estando presentes en la vida política y económica del país,
pero la realidad los esta alcanzando, la debacle de esas dos instituciones
políticas se encuentra más cerca que nunca debido a su falta de identidad,
pertenencia y sobre todo de principios.
La cantaleta de
sacar al PRI del poder, ni sus propios allegados ya lo creen, es una acción
simplista que ya no convence, que ya no genera una expectativa real de cambio.
Morena ha
logrado lo que jamás se pudo imaginar, que partidos distintos deseen aliarse
para mantenerse en el poder. Morena ha logrado despertar el deseo de
Transformación, el deseo del Cambio Verdadero, el deseo del Renacimiento de
México, ha logrado predicar con el ejemplo, ha logrado vencer maquinarias
electorales de gran impacto y esta a punto de generar un movimiento de
regeneración nacional a favor de la población.
Morena hoy más
que nunca esta dando sus primeros pasos como institución política, sus
principios básicos de no robar, no mentir y no traicionar, se están arraigando
en los más profundo de su estructura, la visión de un Cambio Verdadero esta
generando la participación activa de la ciudadanía que desea un futuro con
grandes expectativas no solo económicas, sino además, sociales, y que decir de
la confianza que los pequeños y grandes inversionistas están otorgando a un
Proyecto Alternativo de Nación, donde lo más importante es que México resurja
en el concierto internacional.