Primera
Parte
Desde hace más de 60 años, el municipio de Ecatepec de
Morelos se integró a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), al
mismo tiempo que iniciaba su crecimiento poblacional y su desarrollo
industrial, siendo parte integrante del Milagro Mexicano de 1950 a 1970. En
esos días, el Municipio de Ecatepec era un espacio dedicado a la agricultura y
ganadería, donde su industria empezaba a crecer paulatinamente en conformidad
al desarrollo y crecimiento de la capital de la República.
En esos momentos, la metrópoli capitalina iniciaba su
expansión territorial hacia el Estado de México. En el oriente y nororiente los
municipios de Ecatepec, Tlalnepantla y Chimalhuacán, principalmente, empezaban
a experimentar un crecimiento acelerado,
acompañado con el desarrollo de una industria que brindaba factores de
bienestar a la población. El empleo crecía junto con la imperiosa necesidad de
mayores espacios de vivienda, transporte público, educación, salud, entre otras
necesidades apremiantes.
Los pueblos originarios del Municipio de Ecatepec,
veían con inquietud el asentamiento de fábricas en su espacio territorial,
sabían muy bien, que los años de tranquilidad y de paz, empezaban a desquebrajarse.
No estaban equivocados y el tiempo les daría la razón.
Nadie imagino, que el inicio de la industrialización
de ese Municipio cercano a la Capital de la República, tomaría un rumbo
acelerado en cuanto a su crecimiento económico, social y político, que tarde o
temprano cobraría la factura a la propia población ecatepense, pero al mismo
tiempo los desaciertos, errores y omisiones de los gobernantes tanto a nivel
Municipal, Estatal como Federal, dieron lugar a que Ecatepec empezará acumular
diversos factores negativos que a la postre serían los principales elementos
que provocarían la debacle de este espacio territorial.
Ecatepec, en los años 50´s, iniciaba un camino que a
la postre sería causa y efecto de su situación actual. Grandes industrias y
empresas se asentaban en territorio ecatepense y al mismo tiempo, grandes
cantidades de emigrantes de diversos estados de la República invadían los
espacios del Municipio en busca de oportunidades de empleo, de vivienda, de
educación y ante la explosión demográfica que empezaba a desarrollarse, la
construcción de viviendas, la creación de líneas de transporte público; así
como el desarrollo de caminos y carreteras pavimentadas, daba como resultado
que Ecatepec cambiará de rostro, dejando paulatinamente, sus actividades
agrícolas y ganaderas, para convertirse en un espacio de edificación de
viviendas, carreteras y caminos, donde el cemento empezaba a sobresalir
impecablemente.
Los asentamientos irregulares, la falta de planeación
del desarrollo económico del Municipio y las condiciones políticas y sociales
que empezaban a prevalecer en Ecatepec, daban lugar a que este Ayuntamiento
entrará en una espiral de caos y crecimiento poblacional descontrolado que a la
postre sería la principal causa de su gran fracaso.
Fue a principios de los años setenta, cuando adquirió
una mayor relevancia esta acción de expansión, por una parte el corredor
industrial ubicado en la carretera antigua a Pachuca, brindaba la oportunidad
de empleos a la población originaria de los pueblos de Ecatepec y por otra la
actividad económica agrícola y ganadera, permitía un crecimiento y desarrollo
pleno de la población.
Sin embargo, las condiciones económicas, sociales y
políticas del Municipio se transformaron de manera plena, pasando a ser un
municipio en bonanza a un municipio en decadencia con un cúmulo de
problemáticas por su expansión poblacional que resintió el debilitamiento de su
industria y la falta de planeación estratégica de sus gobernantes, que sumieron
al “Gigante” en un sueño profundo.
Es así como los caminos polvosos de Ecatepec, se convirtieron
en caminos pavimentados; antes el pasar de la gente en esos caminos era cosa
cotidiana, ahora en los nuevos caminos, sólo pueden transitar autos y
autobueses, eso medios de transporte, ahora tienen la preferencia de paso y de
camino, trayendo consigo la contaminación, lo cual impacta aún más la
conciencia de la gente.
Es así como nunca más esos caminos serán transitados
por la propia gente, ya nunca más, se podrá respirar aire puro, ya nunca más se
podrá observar las grandes extensión de tierras cultivadas por diversos
productos, sembrados por los ecatepenses, ya no se podrá observar a los
animales pastando en las tierras de Ecatepec, ya que todo empezó a extinguirse.
Aquellos días, cuando la gente se levantaba para
realizar sus actividades cotidianas con el cantar de los gallos, ahora, la
gente se despierta ante el ruido ensordecedor de los motores de los autos y
autobuses, y la desesperante presencia de los claxon y el bullicio de la
población alterada por tomar un transporte que lo pueda llevar a su centro de
trabajo de manera puntual, estrés, desesperación, nerviosismo, se percibe en
los rostros de la gente, viven una vida agitada, propia de la transformación de
un Municipio, que perdió su Rumbo y su grandeza.
Si antes, se acudía a adquirir la leche de los
establos más cercanos, ahora la gente, acude en las mismas horas a adquirir su
leche en tiendas Liconsa. En el ayer había poca gente para adquirir la leche,
ahora las filas son muy largas.
Si antes, se contaba con gallinas y estas te
proporcionaban el huevo para poder desayunar. Ahora, la gente vive con
angustia, al saber que los blanquillos han subido de precio y lo poco que
obtienen los jefes o jefas de familia no les alcanza para poder ofrecer a su
familia un desayuno digno. La culpa dicen los expertos y los medios de
comunicación es de la gripe aviar; sin embargo, la voz del pueblo menciona que
los responsables fueron los productores avícolas que desearon obtener grandes
ganancias económicas con el sufrimiento de la gente, de la población.
La vida campirana de la población de Ecatepec, se
transformó para ser una vida de grandes alteraciones. La promesa de un Milagro
Mexicano provocado por la industrialización del Municipio, sólo quedo en eso,
en una simple promesa.
Quién no recuerda, aquellos momentos de quietud que se
vivía en la zona centro de Ecatepec. Donde la mancha urbana, aún no hacia
estragos en la vida cotidiana de la población. Existían parques y jardines que
el Ayuntamiento cuidaba con recelo, eran espacios aprovechados por los niños y
los jóvenes, los niveles de comercio eran los adecuados, no hacía falta ni
mayores servicios ni mayores comercios, existían pocas escuelas de diversos
niveles educativos, todo era acorde a las necesidades de la población. Existía
poco tráfico vehicular, lo cual permitía que la gente, la ciudadanía podía
transitar con libertad en dichos espacios. Aún la catedral no existía y la
iglesia de San Cristobal brillaba con excelencia.
Las fiestas patronales eran verdaderos eventos donde
la ciudadanía disfrutaba con esplendor.
Quién no recuerda el ruido de los juegos mecánicos de
las fiestas patronales en el Centro de San Cristobal, la gente se reunía con
plenitud y existían los medios económicos para subirse en ellos y degustar de
los platillos típicos que se ofrecían a la población y los visitantes, se
contaba con el poder adquisitivo necesario para poder darse esos pequeños lujos,
a pesar de las crisis económicas que se había padecido en los años 80´s.
Los jaripeos y las tardes de toro, eran espectáculos a
parte y que decir de las luchas libres, contando con música en vivo y
espectáculo de primer nivel. No había necesidad de ir al Distrito Federal para
poder disfrutar de diversión y entretenimiento.
Las ofertas de empleo eran cotidianas y permanentes,
diversas empresas y fabricas cercanas a San Cristobal Centro, acudían
ofreciendo oportunidades de empleo y se ofrecían a jóvenes, adultos y adultos
mayores. Muchos jóvenes podían negarse de manera plena en las propuestas de
empleo, no tenían necesidad, el salario de su padre o madre era suficiente para
poder vivir dignamente. Sin embargo, ahora, aunque tanto padre y madre dispongan
de un empleo, el dinero no alcanza y es necesario que hasta los jóvenes tengan
que salir de casa en busca de sustento económico. Y vaya que no eran tiempos de
bonanza, pero antes se contaba con una moneda que tenía poder de compra, ahora
es tan débil, así como pequeña, la cual se pierde entre los dedos.
Pero aquellos momentos han quedado atrás. Ecatepec, se
ha convertido en un espacio caótico, donde la existencia de empleos permanentes
es nula y las pocas ofertas ya no corresponden a las necesidades de la
población. El Comercio se ha incrementado y el de servicios, mientras que la
industria que posee el Municipio es endeble. En materia de transporte público,
ya no se dispone de transporte eficientes ni con calidad, ya no cumplen con la
exigencia de la población. La inseguridad se ha incrementado considerablemente
y cualquier espacio esta al acecho de la delincuencia. Los espacios de
entretenimiento no son acordes a las necesidades de los niños y jóvenes
ecatepenses y la practica deportiva y cultural sigue una constante
irremediable, de extinción ya sea por la falta de espacios adecuados o por que
la ciudadanía prefiere estar en sus hogares o acudiendo a espacios fuera del
Municipio.
Los medios digitales y electrónicos han penetrado con
gran vigor en la preferencia de niños y jóvenes, todos se encuentran sumidos en
un ambiente de indiferencia hacia los demás y no se percibe armonía social
entre las comunidades. Ecatepec, hoy por hoy, sólo representa un dormitorio
gigante, donde la convivencia social es nula.
Es así como, Ecatepec, inicia su camino en el Siglo
XXI contando con los siguientes factores:
a)
Es
el Municipio de mayor tamaño poblacional del Estado de México (1 658 806
habitantes, según el Censo de 2010);
b)
Es
uno de los seis municipios conurbados más grandes en cuanto a extensión
territorial (186.9 kilómetros cuadrados), solo rebasado por Chalco, Nicolás
Romero, Tepotzotlán, Texcoco y Zumpango.
c)
Posee
la mayor extensión de superficie urbanizada, sea municipal o delegacional de
toda la ZMCM, aún mayor que la de la delegación Iztapalapa, y
d)
Cuenta
con un cúmulo de problemas en materia de seguridad pública, educación, salud,
transporte, Medio Ambiente, Desarrollo Social, Desarrollo Urbano, Desempleo,
incremento de la pobreza y falta de opciones económicas de desarrollo
sustentable.
e)
En
cuanto a lo político, Ecatepec se conoce como la joya de la corona, por su gran
número de habitantes y la importancia
que tiene para los partidos en los procesos electorales locales y federales. El
municipio otorga a los partidos políticos diversas posiciones en el Congreso
Local y a nivel Federal.
f)
Es
el municipio que dispone del mayor porcentaje de presupuesto en el Estado de
México.
Ecatepec de Morelos, en estos momentos, se encuentra
sumido en un caos, en una situación de alta vulnerabilidad que refleja las
grandes deficiencias políticas, económicas y sociales, por las que atraviesa.
Ecatepec, es un “Gigante Dormido”, que dispone de las
condiciones ideales para despertar en el concierto local y coadyuvar de manera
clara y contundente en el desarrollo y crecimiento de la nación.
El Municipio cuenta con gran diversidad de elementos
que le pueden permitir avanzar con paso firme en la búsqueda de un mejor nivel
de vida para su población. Para el logro de lo anterior se requiere con
urgencia Transformar a Ecatepec con Cambio Verdadero, no sólo de dicho, sino de
hecho.
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