Para generar empleos en
México no se requiere de una Reforma Laboral, se necesita de creatividad e imaginación
por parte de los representantes populares de la Cámara de Diputados y
Senadores, que les permita visualizar con precisión los errores monumentales
que a través de 30 años se han venido gestando en nuestro país.
Mientras continuemos
vendiendo y mal abaratando los principales activos de la nación, tarde que
temprano nuestro país estará en la bancarrota.
Hoy en día el flamante
Congreso de la Unión considera que a través de una Reforma Laboral “express”
como la que se impulsa, permitirá la generación de empleos en México, como
nunca antes se había visto y además creen que por decreto la democracia sindical,
transparencia y rendición de cuentas se logrará por obra y arte de la reforma
laboral.
Y a todos esos
representantes populares, se les puede decir con plenitud que las incapacidades
teóricas y técnicas que tienen sobre la materia, lo único que lograrán será el
incremento de la pobreza y la informalidad, gestando con ello, mayor
desigualdad, inseguridad, injusticia y por ende violencia.
Hay que tener en cuenta
que las virtudes y los defectos técnicos de estas leyes “patito” o “express” y
de la conveniencia de este tipo de estrategia, es el camino más fácil a tomar
cuando hace falta imaginación, creatividad y sentido común.
El Gobierno puede
planificar de manera centralizada su puesta en práctica; identificar la ruta
crítica de cada una de ellas; conocer la interrelación entre las variables
claves; descubrir los mecanismos de retroalimentación y controlar la mayoría de
detalles operativos. No todo lo que el gobierno ha prometido hace obedece a la
misma lógica. No todo puede ser manejado de manera centralizada y dirigido por
medio de órdenes directas. La creación de empleo es un ejemplo de este otro
tipo de desafíos.
La generación de empleos no es un camino sencillo, tampoco
representa un sendero mágico, ni mucho menos es una ruta trazada por
extraterrestres. La creación de empleos es una apuesta que sólo los
innovadores, emprendedores, creativos y vanguardistas pueden alcanzar.
Para algunos, el camino
para la creación de empleos es el de la ampliación de los derechos
laborales; para otros el del aumento de la productividad laboral; hay quienes
piensan que todo se reduce a mayores niveles de inversión por trabajador o más
capacitación; etcétera. Sin embargo, la creación de empleo es el producto de un
conjunto de condiciones sobre las cuales el gobierno no tiene pleno control.
Pero si tiene la capacidad de intervenir, de participar, de coadyuvar y sobre
todo de impulsar. Para que la población, nuevamente, pueda disponer de un
empleo digno y representativo, es necesario que el Gobierno asuma su compromiso
máximo generar las condiciones propicias de desarrollo y crecimiento de la
población; más no generar las condiciones de desarrollo y crecimiento de las
empresas nacionales o extranjeras.
México,
más que nunca, requiere un Gobierno, creativo, innovador, emprendedor y
vanguardista que utilice las riquezas naturales del país, en beneficio pleno de
la población y genere las condiciones de desarrollo y profesionalización de su
principal motor de desarrollo que es el recurso humano con que dispone, que es
su gente. La mejor medida de saber si un
gobierno cumple con cabalidad su compromiso con la nación, es cuando su gente,
su población avanza de manera plena en la plena satisfacción de sus
necesidades. Todos aquellos gobiernos que no logran satisfacer a su población,
son gobiernos nefastos y desleales que deben ser borrados de la memoria de la
población.
Por
lo anterior, la creación de empleos y el bienestar social y combate de la
pobreza no se logra a través de ningún tipo de decreto ni leyes patito. Se
consigue con la participación de todos los sectores de la población y sobre
todo hacia objetivos comunes que favorezcan el crecimiento y desarrollo del
país.
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