En plena decadencia se encuentra el Revolucionario Institucional, el Nuevo PRI acusa al Viejo PRI de la desgracia del tricolor, el otrora gran partido político que se mantuvo en el poder como partido único en más de seis décadas y en los últimos 30 años, su separación de la gente, de la población, de su corporativismo y alinearse al neoliberalismo, ha dado como resultado su decadencia total.
Ese viejo PRI que practicamente, vivieron de los logros obtenidos en sus primeros años de existencia y de los grandes avances a favor de la población impulsado por Lázaro Cárdenas, se fue diluyendo sexenio tras sexenio, al perder Rumbo, identidad, principios, ética, valores y moralidad.
Ese PRI creador de instituciones a favor de la ciudadanía como PEMEX, Luz y Fuerza, innumerables empresas paraestatales, IMSS, ISSSTE y diversos éxitos obtenidos en el período denominado “Milagro Mexicano”, se fue diluyendo ante la corrupción, el nepotismo, amiguismo, compadrazgo, influyentismo, corrupción y fraudes electorales, provocaron su decadencia y alejamiento total de las bases sociales.
Después de su derrota en el 2000 y la perdida de la Presidencia de la República, nace y se proyecta un Nuevo PRI, donde jóvenes militantes, buscaron regresar al poder de la mano del Grupo Atlacomulco y lo lograron en 2012, cambiaron sus estatutos, modificaron sus principios y programa de acción, se alejaron cada vez más de sus bases y sus reformas estructurales, marcaron la esencia de ese Nuevo PRI corrupto, saqueador delos bienes nnacionales, alineándose con mayor medida al neoliberalismo privatizador junto con el panismo y perredismo, generando más pobreza, inseguridad y decadencia de la soberanía nacional.
Ante la llegada del movimiento regeneración al poder, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, el PRI, PAN y PRD, entran en una espiral de decadencia, perdiendo posiciones al ser derrotados en las urnas electorales y al presentarse un modelo de gobierno donde lo fundamental es la gente, los pueblos originarios y la población en su conjunto, el bienestar y el humanismo mexicano asumen un papel trascendental, provocando cambios sustanciales donde la premisa básica es “primero los pobres”.
Tanto el viejo PRI al inicio del neoliberalismo como el Nuevo PRI al inicio del 2000, han dado margen al declive de una institución política que dejo de ser Institucional y Revolucionario, hoy es un PRI sin identidad, sin principios, sin liderazgos y sobre todo, sin rumbo.
La batalla campal, entre el Viejo y Nuevo PRI será total, y solo prevalecerá su descomposición y desaparición, esto sucedió con el PRD, y esta aconteciendo en el panismo.
Morena debe tomar nota, y alejarse a recrear lo que acontece en los partidos de la oposición, solo la Revolución de las consciencias, el respeto a los principios básicos y la unidad habrá de mantener el constante cambio y transformación de una institución que nació con bases firmes y principios sólidos.
La hermandad entre el viejo obradorismo y el nuevo claudialismo, deben ser la base de un Cambio Verdadero que consolide la 4T.
